A veces no es lo que crees

Este año he hecho nuevos amigos. Las casualidades de la vida así lo han querido. Esas casualidades también han querido que tomé demasiada confianza. Una confianza que tal vez no es correspondida. Me explico. ¿No habéis tenido a alguien cercano que ha creído ser un muy buen amigo tuyo cuando en realidad solo lo considerabas un conocido más? Yo sí. Se crees que por quedar una vez ya sois mejores amigos. Pero tú no piensas eso. Y intentas apartarlo de ti. Le das excusas para no quedar, intentas no hablar con él, intentando mandarle sutiles indirectas para que se aleje de ti. Pero ahora piensa ¿y si fuera tú ese amigo pesado? No, no voy a deciros que lo aguanteis por pena, ni yo lo haría.
Vengo a deciros que así es como me siento. Siento que soy la amiga pesada de alguien. La chica que se ha confiado demasiado, y inocentemente ha creído lo que no era. La chica que ahora sufre por la incertidumbre de no saber lo que pasa. No saber si tiene la amistad que creía tener. Esta chica se pregunta ¿qué debo hacer? No quiero ser la persona de la que se burla en su mente. No quiero que mi amistad sea una molestia para esa persona. Si alguien va a sufrir por esa amistad debería ser yo, aquella que ha causado este problema al no estar atenta a las pequeñas señales. ¿O quizás debería ser la persona que no supo avisarme a tiempo de mi error?
Lo único que se es que pronto tendré que descubrirlo. Nunca me han gustado los misterios.